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Joao Félix deja escapar el tren

Tomás Frutos

Joao Felix en Gelsenkirchen, Alemania. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL
Joao Felix en Gelsenkirchen, Alemania. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL

Tomás Frutos

Gelsenkirchen, 26 jun (EFE).- Protagonista en estos días de Eurocopa más por lo extradeportivo, que por lo estrictamente futbolístico, con ruedas de prensa jugosas para los titulares de la prensa y sin minutos en las dos primeras jornadas, Joao Félix dejó escapar el tren en su gran oportunidad ante Georgia, donde disputó el segundo partido de su carrera en este torneo, ambos finalizados en derrotas.

Siempre que Joao Félix tuvo minutos en un partido de Eurocopa, Portugal perdió. Ya pasó en los octavos de final de la edición de 2021, cuando tuvo 35 minutos ante una Bélgica que atropelló por 3-0 a, en ese momento, la campeona de Europa. Y le volvió a pasar de manera aún más inesperada este miércoles ante un Georgia que debuta en este torneo y que solo había conseguido un empate ante la República Checa.

Roberto Martínez movió el once al tener los deberes hechos y, con permiso de Cristiano Ronaldo, Joao Félix era el gran atractivo del once, la gran referencia lusa para marcar goles ante una Georgia inferior sobre el papel. Pero no fue el día de Joao. Encargado de casi todo el balón parado que fuese centro, escorado a ratos en banda y por momentos apareciendo entre líneas, con libertad de movimiento, su protagonismo en el partido se lo llevó con un par de filigranas vistosas que levantaron a la grada y un disparo con la zurda en el minuto 30 que se fue rozando el palo. 'Jogo bonito' del '11' luso que no valió para nada, porque Portugal no inquietó apenas la meta de Mamardashvili.

Conviviendo en un situación siempre tensa, con contrato hasta 2029 con Atlético de Madrid en un contexto complejo a resolver también con el Barcelona, equipo en el que ha jugado como cedido esta temporada, Joao Félix tuvo también que lidiar estos días con la prensa lusa, que le acusó de haber tenido un desencuentro con Roberto Martínez, el seleccionador de Portugal.

"Vi esta noticia. Eso es mentira, claramente. De lo contrario no estaría aquí. Y es sólo otra falta de respeto hacia mí, hacia el 'míster' y la selección en general", contestó el atacante, tajante, apagando cualquier tipo de rumor.

"A veces se pone en tela de juicio mi profesionalidad y mi pasión por este deporte. Hay cosas que son mentira, que se inventan", añadió.

Su titularidad frente a Georgia le respaldó, disipó cualquier duda sobre la confianza del técnico en el joven jugador que despuntó en el Benfica en 2018, antes de que el Atlético de Madrid moviera ficha.

Desde entonces, fijo en las convocatorias de Portugal, lo de ser suplente no había sido su tónica habitual, pero en rueda de prensa volvió a sorprender con otras polémicas declaraciones.

"Hay clubes por los que ya he pasado por esto de no jugar a veces. Por suerte o por desgracia, me ha hecho saber reaccionar bien a estas situaciones. Soy uno más. Estoy para cuando la selección me necesite", explicó.

Pero lo cierto es que, con el paso de los minutos, su papel fue siendo cada vez más intrascendente. Georgia marcó el segundo y, lejos de liderar la reacción, se quedó en un segundo plano sin aportar soluciones, sin apenas participar, casi como centrocampista puro, sin dar síntomas de querer ser el protagonista en una noche irrelevante para Portugal en lo matemático, pero fundamental en lo deportivo para su futuro.

Completó los 90 minutos. Sin pena ni gloria. Lejos de aquel nivel que se atisbaba podía dar, en un permanente y aparente estado cercano a la eclosión que no termina de llegar y que le permite tener oportunidades como esta, que dejó escapar. Para Joao Félix, el partido ante Georgia, que se antojaba como un escaparte en el que lucirse, en el que reivindicarse, fue otro partido más, del montón, en el que acabó con la cabeza agachada, sin decir palabra, sin parecer siquiera que estuvo presente.